Oscuro satén, de Mª Jesús Ríder
Atrás quedaba la espuma de los años pasados. Todo el glamour de mi carrera, recortes de revistas acumulados en cajas. El pijama añejo de mi piel martilleaba mis pensamientos con noches de hostil almohada. Cansada de dar vueltas en la cama, me dirigí a aquel bar y desde mis bragas de color rosa chicle le sonreí, invitándolo a pasar.
Mi soledad flotando en el vaso de ginebra, esperando a ser engullida por el disfraz que el delirio me prestaba.
Él cogió su bastón y luego contó los pasos que lo separaban de la barra. Se sentó a mi lado y con una genuina sonrisa me invitó a cerrar los ojos, y a mirar la luz del universo sin ella.
Percibí su olor enredado al mío, y me dejé cautivar por aquel tren sin palabras, elogiando mis canas. Por primera vez sentí el vértigo de la desnudez y el tacto de su mano cogida a la mía, procurándome seguridad y ternura.
Sé que no lo soñé. Aún recuerdo el sabor de sus labios, borrando el de la ginebra.
Publicado el 22 marzo, 2016 en Blog, Textos de alumnas/os y etiquetado en Mª Jesús Ríder. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
Muy bonito Maria Jesus.
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